El Mahabharata, comentado por Maitreya Raja
Os paso un texto de nuesto querido compañero Maitreya sobre el libro Mahabharata. El texto completo está en el enlace al final, ya que el comentario era un poco extenso para colgarlo íntegro aquí.
"[...] La tradición señala como autor a Krishna-Dwaipaya, llamado Vyasa, “El Intérprete”, “El compilador” al que se atribuyen también otros libros como los Brahma-Sutras, aforismos sobre lo Absoluto, el arreglo de los Vedas y otros, que muchas veces hacen pensar en una herencia filosófica impersonal. El mismo Vyasa se convierte en un personaje mítico, apareciendo en el Mahabharata como padre de los dos príncipes, Pandu y Dhritarashtra, cuyos hijos son los principales protagonistas del gran poema. En algunos momentos clave de la obra aparece dando sus sabios consejos, como también hacen otros personajes venerables.
[...]
La lectura del Mahabharata resulta amena y sorprendente en muchos aspectos, mezclando cualidades divinas y humanas, altos sentimientos y los más bajos de los deseos. Los mismos personajes son capaces de una crueldad atroz y de una gran sabiduría, lo cual hace que todo parezca al final bastante relativo, y la vida humana en la tierra parece un trance por el que hay que pasar para cumplir un papel predestinado y marchar a una vida celestial que dependerá de nuestros méritos kármicos, o en el caso de los guerreros, por el simple hecho de morir en la batalla. Una visión mercantilista de la gracia, del mismo modo que en la tierra se consiguen beneficios divinos a base de “austeridades”, aunque las intenciones de las peticiones de favor no sean tan nobles como debieran, como es por ejemplo, una venganza, o el paliativo a una maldición que a veces se consigue por cosas totalmente fútiles, como no hacer caso a los requerimientos amorosos de cierta diosa a un mortal. En realidad todo discurre de un modo absurdo, si nos situamos como un espectador neutral, puesto que en la obra todo el mundo, divino o humano, toma partido.
Se ve un paralelismo con otras epopeyas como las griegas, más cercanas a nuestra cultura, aunque en ellas quizá haya menos implicación divina en la vida humana y desde luego ninguna visión unitaria como nos apunta el Bhagavad Gita y que merecerá un comentario aparte en otro lugar y momento. Aunque hay que precisar que lo que se expresa en este “Canto del Señor” se va indicando también a lo largo de toda la obra, con otros diálogos no menos interesantes como puede ser el Cap.XXI de la tercera parte “Yudhistira se encuentra con Dharma”, que es su padre, y se establece una especie de “examen oral” de los principios dhármicos, a base de preguntas y respuestas, resultando un pasaje realmente delicioso y de gran contenido didáctico. [...]"
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