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Cuentos

El pescador

Otro cuento de nuestro amigo Nirankar... 

El rico industrial del Norte se horrorizó cuando vio a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa...

- "¿Por qué no has salido a pescar?", le pregunto el industrial.

- "Porque ya he pescado bastante hoy", le respondió el pescador.

- "¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?", insistió el industrial.

- "¿Y qué iba a hacer con ello?", preguntó a su vez el pescador.

- "Ganarías más dinero" , fue la respuesta. "De ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas... y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo."

- "¿Y qué haría entonces?", preguntó de nuevo el pescador.

- "Podías sentarte y disfrutar de la vida", respondió el industrial.

- "¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?", respondió el satisfecho pescador...

El remedio

Existia un rey con mucho poder que sufría de ánimo inestable: pasaba de la alegría a la tristeza, y viceversa, con extrema facilidad. Ello provocaba en él gran pesar interno y mínima capacidad de disfrute y de percepción de los hechos que vivía su reinado, que reclamaba su decisión firme.
         Desalentado, pidió a sus asesores alguna ayuda para superar su dolencia. Los dóciles sabios se reunieron para resolver el problema. Después de unas semanas, ofrecieron su medicina:
---Señor, traemos solución a su mal. En esta cajita está el secreto de tu salud mental. Cuando estés perturbado por la tristeza o la alegría excesiva, lee el mensaje que guarda esta cajita mágica.
        El rey agradeció a sus consejeros y escondió el pequeño recipiente con gran alegría. Pero no había transcurrido una hora y ya estaba nuevamente sumido en el desánimo y la depresión.
        Buscó la cajita salvadora y sacó su precioso mensaje. Eran dos palabritas.
" YA PASARÁ "

Media manta

Este cuento ha sido enviado por Nirankar, ¡muchas gracias! 
Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa.
Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia.
Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que prara lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
A los setenta años, don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos.
Esperaba que su hijo, ahora brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera y decidió, por primera vez en su vida, pedirle un favor.
Don Roque llamó a la puerta de la casa donde vivía el hijo con su familia.
---¡Hola, papá! Qué milagro que vienes por aquí...
---Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo; además, estoy cansado y viejo.
---Pues a nosotros nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que ésta es tu casa.
---Gracias, hijo. Sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo. Entonces, ¿no te molestaría que me quedara a vivir con vosotros? ¡Me siento tan solo!
---¿Quedarte a vivir aquí? Sí... claro... Pero no sé si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es pequeña... mi esposa es muy especial... y luego los niños...
---Mira, hijo, si te causo muchas molestias, olvídalo. No te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.
---No, padre, no es eso. Sólo que... no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían.. . O sólo que no te moleste...
---¿Qué hijo?
---Dormir en el patio...
---Dormir en el patio, está bien.
El hijo de don Roque llamó a su hijo de doce años.
---Dime, papá.
---Mira, hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una manta para que se tape en la noche.
---Sí, con gusto... ¿Y dónde va a dormir?
---En el patio; no quiere que nos incomodemos por su culpa.
Luis subió por la manta, tomó unas tijeras y la cortó en dos.
En ese momento llegó su padre.
---¿Qué haces, Luis? ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?
---Sabes, papá, estaba pensando...
---¿Pensando en qué?
---En guardar la mitad de la manta para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa.
AUTOR DESCONOCIDO
Moraleja: Lo que sembremos, vamos a cosechar...

Miedo

Miedo

Este cuento ha sido enviado por nuesto compañero Nirankar, ¡gracias!  

Hace cientos de años, en un poblado en guerra, vivía un rey, conocido tanto por su crueldad como por su sabiduría, que no mataba a sus prisioneros. Los encerraba en una sala, entre un grupo de arqueros, preparados para darles muerte, y una imponente puerta de hierro grabada con horrendas figuras cubiertas de sangre.
Allí les decía:

- Puedes elegir entre ser muerto por mis arqueros o atravesar aquella puerta. Detrás de ella, yo te estaré esperando.
Todos preferían la muerte antes que cruzar la horrenda puerta y enfrentar al temible rey.
Cuando la guerra acabó, el mejor de sus soldados preguntó al rey:

-
Señor, ¿necesito hacerte una pregunta?
- Dime, soldado -respondió el rey.- Señor, ¿Qué hay detrás de la puerta que tanto temor produce en las personas?
- Averigualo tú mismo -dijo el rey con una sonrisa.

El soldado, abrió lentamente la puerta, venciendo el temor que nunca antes había sentido, ni aún en las mas encarnizadas batallas, y a medida que lo hacía, tibios y brillantes rayos de sol entraban y la luz inundó el cuarto de la muerte.
Asi, sorprendido, descubrió que la puerta se abría sobre un camino que atravesaba un campo de flores azules donde ningún peligro acechaba.
El soldado desconcertado miró a su rey, quien le dijo:
- Yo les daba la oportunidad de hacer una ELECCIÓN, pero el miedo los obligaba a elegir morir antes que arriesgarse a abrir esta puerta...

Confianza...

 
Este cuento ha sido enviado por nuestro compañero Nirankar, ¡muchas gracias!
Un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo de su arado.
Miró con curiosidad y descubrió desenterrado un cofre lleno de monedas de oro.

¡Qué suerte! Lo tomó y lo entierró profundamente en su jardín.

"¿Qué hacer con eso?" se preguntó. Se imaginó todo lo que podría comprar y decidió... cualquier cosa, finalmente para resolverse.

Este cofre lleno de monedas de oro sería su seguridad en caso de una dura temporada.
Y tal seguridad cambió su carácter: de precavido llegó a ser relajado, de gruñón pasó a ser agradable y eliminó su intolerancia, de hecho, vislumbró una vida hermosa y feliz, sabiendo que aunque llegaran tiempos duros, podría hacerles frente.

Sus últimas horas llegaron y antes de morir, reunió a sus hijos y les reveló su secreto.

Murió instantes después.

El día siguiente, sus hijos cavaron en el lugar indicado, encontraron el cofre, pero ¡qué sorpresa, estaba VACÍO! Pues las monedas habían sido robadas al labrador desde hace más de 10 años.

¿Qué es entonces lo interesante de esta historia? Es ver que no es el hecho deser rico lo que le dio seguridad y felicidad, sino la IDEA de que tal riqueza y felicidad existían. No es el hecho en sí mismo sino su interpretación.

Esta historia nos dará otras lecciones, pero sobre todo la de recordarnos ese poder que tenemos en cada momento, de cambiar nuestros pensamientos de negativos a positivos.